El aseo del paciente con movilidad reducida: uso de esponjas jabonosas
Ser cuidador de una persona con alguna discapacidad o de un adulto mayor con poca o nula movilidad es un trabajo de tiempo completo. Saber del aseo del paciente con movilidad reducida es un aspecto esencial del cuidado general que requieren estas personas. Los cuidadores deben ocuparse de las dificultades del día a día para darle la mejor calidad de vida posible a su paciente o familiar. Llevar a cabo la higiene asistida para un paciente encamado o con movilidad reducida, independientemente de su edad, implica ciertas dificultades.
Cómo asistir a pacientes en su higiene personal
Ayudar a los pacientes con la higiene básica no solo crea una conexión personal entre el proveedor de atención médica y el paciente, sino que también es vital para mantener la salud general del paciente. Es responsabilidad del profesional de la salud o cuidador equilibrar la cantidad adecuada de aseo personal. Tanto el cuidado excesivo como el escaso cuidado pueden tener efectos negativos en la piel del paciente.
Hay varios entornos de atención médica y una variedad de pacientes con movilidad reducida. Por lo tanto, es necesario determinar cuánta asistencia es necesaria para cada paciente en un escenario caso por caso. Se debe permitir que los pacientes ayuden con su higiene lo mejor que puedan.
Es posible que un adulto mayor o persona con discapacidad y poca movilidad necesite ayuda para una o más de las siguientes tareas de higiene:
● Cambio de pañal en adultos mayores con incontinencia
● Afeitado
● Peinado del cabello
● Ciudado bucal
● Recorte de uñas de manos y pies
● Baño corporal
El uso de dispositivos como las Esponjas Jabonosas Cleanet® Plus es una buena alternativa para la higiene personal o asistida. Estas esponjas son particularmente recomendables para el aseo de pacientes con movilidad reducida o en cama. Requieren el uso de poca agua y una fácil manipulación para que en pocos segundos aparezca espuma. Son la solución higiénica, segura, eficaz y económica en esta nueva normalidad de adultos mayores y personas vulnerables que pasan mucho tiempo en casa y son cuidados por alguna enfermera o familiar.
Hoy más que nunca debemos hacer conciencia del cuidado del agua. Usar Esponjas Jabonosas es una forma de ahorrar agua porque la cantidad que se requiere para un baño completo es mínima. Adicionalmente, son un dispositivo de uso práctico que está formulado con ingredientes para el cuidado de la piel. Apoya de una manera eficaz y fácil el aseo personal de tu paciente o familiar.
Aspectos a considerar para profesionales de la salud y cuidadores
Es fundamental prevenir la propagación de la contaminación del proveedor médico al paciente y viceversa. Al acercarse al paciente por primera vez, el profesional médico (por lo general alguien del personal de enfermería) debe verificar la identidad del paciente y revisar su historial clínico. Este proceso permitirá al proveedor administrar los tratamientos adecuados y realizar cambios según las necesidades de la persona.
Para mantener la limpieza, los profesionales de la salud o cuidadores siempre deben desinfectarse las manos antes de tocar al paciente. El uso de guantes puede ser necesario para varios procedimientos.
Se necesita una línea de comunicación clara y sólida entre el cuidador o enfermera y el paciente. Los pacientes pueden sentirse avergonzados de hablar sobre sus necesidades de higiene. Discutir abiertamente estos temas con los pacientes puede ayudarlos a sentirse más cómodos. Esto también le brinda al cuidador o profesional de la salud una visión detallada de las necesidades del paciente.
La falta de higiene puede resultar en una serie de efectos adversos. Esto incluye infecciones adquiridas en el hospital o infecciones debido a una herida no atendida. Si bien realizar tareas higiénicas es importante para mantener la salud del paciente, demasiada higiene puede ser perjudicial. Por ejemplo, cepillar y peinar al paciente con regularidad puede ayudarlo a mantener su autoestima. Por otro lado, el baño corporal excesivo puede resultar en la resequedad de la piel o en el exceso de humedad. Encontrar un equilibrio entre la frecuencia con la que se debe ayudar al paciente a mantener una higiene óptima lo ayudará a sentirse mejor.
Además del acto físico de ayudar con el aseo del paciente con movilidad reducida, la actitud del cuidador o proveedor de salud puede influir en los comportamientos de higiene del paciente. Ser consciente de las limitaciones de un paciente y mantener una visión optimista de su capacidad para apoyar su propia higiene, puede beneficiar a la persona.
Ya sea que sea causado por una enfermedad crónica, edad avanzada, discapacidad o lesión, estar postrado en cama conlleva una variedad de desafíos, siendo la higiene uno de los más importantes. Como cuidador, ayudar a un adulto mayor postrado en cama con su aseo personal lo ayuda a estar lo más feliz y saludable posible.
Cuidado de uñas, peinado, dientes, habitación y ropa de cama
Otros consejos importantes a considerar además del baño corporal rápido con esponjas jabonosas, es el cuidado de uñas, el peinado, la salud bucal y la ropa de cama. Estos puntos son igual de relevantes al momento de asistir a una persona con movilidad reducida en su aseo personal.
Cambiar la ropa de cama
Las personas que no están postradas en cama pueden salirse con la suya cambiando su ropa de cama cada semana o hasta cada 15 días. No obstante, cuando alguien tiene poca movilidad o está postrado en cama, es probable que se deba cambiar la ropa de cama con más frecuencia. Es sorprendente lo rápido que la ropa de cama puede acumular sudor, células muertas de la piel, cabello y residuos de alimentos.
Cepillar los dientes después de las comidas
Para mantener una correcta salud bucal (dientes y encías sanas) ayuda a tu paciente o familiar a limpiarse la boca después de cada comida. Si es posible, usa también hilo dental después de cada cepillado para asegurarte de deshacerte de las partículas de comida atrapadas. El enjuague bucal es recomendable de dos a tres veces a la semana.
Algunas personas pueden realizar estas tareas por sí mismas si se les proporciona un cepillo de dientes, pasta, hilo dental, agua y un balde para escupir.
Recortar uñas
Las uñas largas pueden presentar una multitud de riesgos para la salud, especialmente en las personas mayores. La suciedad y las bacterias quedan atrapadas debajo de las uñas y se transfieren a la piel cuando el paciente se toca o se rasca, lo que puede provocar una infección.
Con el apoyo de un cortaúñas y una lima de uñas, procura mantener las uñas del paciente cortas, en una forma suave y redondeada.
Mantener el cabello limpio y peinado
Además de bañarse, es una buena práctica lavarse el cabello con regularidad. Entre lavados se recomienda usar un champú seco según sea necesario para evitar que el cabello se vuelva grasoso e incómodo. Se recomienda lavar a fondo al menos una vez a la semana, o con más frecuencia si el cabello se pone especialmente sucio.
Limpiar la habitación
Un entorno desordenado también puede representar un riesgo para la higiene y salud de un paciente con movilidad reducida. El polvo excesivo puede causar dificultad para respirar, estornudos, picazón y molestias en la garganta. Por su parte, los alimentos sin terminar pueden atraer plagas domésticas.
Por último, el desorden puede tener un impacto negativo en el bienestar físico, mental y emocional de una persona. Si la persona tiene poca movilidad y hay elementos tirados o mal acomodados, podría tirarlos, pisarlos y lesionarse. Mantener la habitación limpia y cómoda de tu paciente o familiar incluye recoger y limpiar el desorden del piso.
Haz todo lo posible para que entre mucha luz natural en la habitación y abre las ventanas con regularidad cuando sea posible para mantener el aire fresco. Al apoyar el aseo del paciente con movilidad reducida en una habitación fresca y limpia se está haciendo mucho más que salvaguardar la salud física de la persona. También se está dando un paso importante para ayudarlos a sentirse bien y mejorar su calidad de vida.
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